miércoles, 24 de abril de 2019

Narrativas escolares

Durante mi periodo de prácticas, tuve la oportunidad de observar cómo mi tutor impartía clase en los diferentes cursos y cómo los alumnos reaccionaban ante las propuestas del profesor. En este análisis me centraré en una narrativa relacionada con la competencia en comunicación lingüística, la cual se desarrolló en el horario de clase de 2.º ESO. Cabe señalar que dicho grupo es un desdoble, son un total de 10 alumnos lo que garantiza un proceso de enseñanza-aprendizaje sobresaliente. Debido al número reducido de estudiantes, el profesor propuso ir al aula de informática para desarrollar ahí su última sesión del temario. El objetivo era explicar las reglas ortográficas de la b y la v, dos grafías que llevan de cabeza a más de un estudiante, y después realizar una actividad para que los alumnos tuvieran la oportunidad de aprender divirtiéndose con el ordenador. Entonces, cuando el profesor les comunicó que la siguiente clase sería en el aula de informática, se produjo un gran alboroto comentando y preguntado en voz alta qué harían en esa clase. Verdaderamente, no era nada novedoso ni innovador desde un punto de vista didáctico, pero para ellos sí.
En esa sesión, el docente explicó las reglas ortográficas de la b y la v, y, al acabar de realizar su parte magistral, les comunicó que debían entrar al enlace que el docente envió para hacer los diferentes ejercicios. En ese enlace aparecía una pantalla con diversos apartados para elegir. Así, podías encontrar todo tipo de ejercicios, desde rellenar huecos hasta escuchar la palabra y tener que escribirla, obteniendo gran variedad de ejercicios/juegos.
No obstante, me di cuenta de que el alumnado experimentó algunas dificultades a la hora de llevar a cabo los ejercicios, ya que para muchos diferenciar la b y la v les resultaba en ocasiones confuso. Pese a ello, la actividad resultó ser un éxito, ya que los estudiantes se divirtieron hablando y jugando con el ordenador mientras tanto conseguían reforzar lo estudiado. Además, ante las dudas, el docente les ayudaba y les volvía a recordar lo explicado, lo que supuso un gran apoyo para los discentes. 
En definitiva, la realización de esta actividad propuesta por el docente me pareció una excelente elección para practicar y repasar las reglas de la ortografía de una manera distinta a la tradicional, obteniendo unos buenos resultados, como pudimos observar en el examen. Desde mi punto de vista, el hecho de cambiar de aula y darle un aparato que ellos tan bien manejan, supuso un revulsivo para los alumnos consiguiendo la motivación y la actitud positiva necesaria para la realización de la actividad. Con todo, propongo otra alternativa al ordenador para llevar a cabo actividades que fomenten la ortografía estudiada como puede ser el uso del móvil en clase para jugar con aplicaciones que ofrecen estos dispositivos, y así conseguir un incentivo para los alumnos. Asimismo, los estudiantes pueden darse cuenta de que realmente los smartphones tienen otras utilidades más allá de las redes sociales. Como vemos, no supone un cambio drástico de actividad, sino dar otra opción como es el uso del móvil en el aula. Para finalizar, con el objetivo de fortalecer estas propuesta en clase, adjunto un enlace donde tres docentes escriben y explican su propuesta de trabajar con móviles en clase para mejorar o practicar la ortografía; en dicho enlace vemos cuáles fueron los resultados: http://consejoescolar.educacion.navarra.es/web1/wp-content/uploads/2018/02/1427.pdf . 

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